AMADO HIJO
Amado hijo, la vida es hermosa, pero
existen momentos que ponen a prueba nuestra fuerza y nuestra fe. No importa las
circunstancias que estés atravesando, permanece firme y confía, pues fue mi
voluntad que tú vinieras a este mundo y hoy es mi voluntad que tú seas una
persona dichosa, prospera y plena.
Confía en mí, pues te amo con el amor
más grande y puro del universo, y aunque la noche sea muy oscura, recuerda que
siempre vendrá un nuevo amanecer.
No desesperes ante las dificultades,
pues yo ya he visto tu vida y seré tu generoso proveedor.
No temas de la injusticia, pues yo
estaré a tu lado protegiéndote de todo mal, tomando tu mano y guiándote por
hermosos senderos de dicha y prosperidad.
Esfuérzate y da siempre lo mejor de
ti. Siembra con amor la semilla de trigo, riégala todos los días y bríndale tus
cuidados, pues aquella semilla que plantas hoy, habrá de ser tu cosecha de
mañana.
No desmayes aunque la meta parezca
lejana, recuerda que los grandes trayectos se recorren paso a paso y yo seré el
verde oasis con fuentes de agua fresca donde podrás saciar tu sed.
Y si el mundo te dice que justo
después de la tormenta llega la calma, recuerda que yo te digo que soy la
verdadera paz, aun en medio de la tormenta. No decaigas en tu fe y sigue
siempre adelante, pues yo seré dándole rumbo a tu vida y lo mejor aún está por
venir.
Soy Jesús, el hijo de Dios y hoy
necesito hablar contigo: quiero que sepas que siempre estoy a tu lado,
rodeándote de amor, tomándote de la mano y buscando hacerte feliz. Guardando
siempre cada uno de tus pasos e iluminando tu camino, porque te amé aun desde
antes que nacieras y estaré contigo por toda la eternidad, Amén.
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