Amado Padre misericordioso, en esta mañana me acerco hasta ti y te doy gracias por un nuevo amanecer, por tu amor, tu bondad y tu generosidad. Hoy termina el mes de junio y fue hermoso poder sentir tu esplendida presencia en cada instante. Gracias porque me diste la vida, por mi hogar, por mi familia, por cada una de las hermosas bendiciones que nos otorgaste, pero ante todo, gracias porque sabemos que Tú estarás siempre a nuestro lado, llenando nuestros días de salud, dicha y bienestar. Gracias por cada una de las cosas que sucedieron en este mes, por las buenas que nos hicieron felices, y por las pruebas que nos hicieron crecer en nuestra fuerza y nuestra fe. Padre, por favor permite que cada día sea mejor, danos sabiduría y fuerza de voluntad y permítenos avanzar siempre nuevos pasos en el camino de la felicidad, la realización y la esperanza. Señor, desde este instante quiero poner en tus manos este nuevo día y el mes de julio que está próximo a llegar. Por favor...